'Mi experiencia con Cerato' de Natalia Pérez Durán, Instructora en Flores de Bach, psicóloga

Mi experiencia con la flor de cerato comienza a unos pocos días de haber iniciado el Curso de “Instructorado en Flores de Bach”. Mi búsqueda personal se remonta a varios años atrás hasta que finalmente, y por qué no como comienzo, doy con la obra de E. Bach más en profundidad. Como anteriormente mencionaba, tras haber tenido la clase de introducción y apenas la clase siguiente, en un viaje de regreso, luego de mi jornada laboral, a mi hogar, estando ya bastante agobiada, y no sólo físicamente, sino también anímica-emocionalmente, me quedo semi-dormida en el colectivo, y al despertarme me queda fuertemente grabada la imagen de una bella flor cuyo color parecía reflejar un cielo azul- violáceo, con pétalos acorazonados…dejándome una hermosa sensación, pues a mí siempre me cautivó la belleza de las flores, sus colores, aromas, texturas, formas, gestos… Tras continuar la cursada habitual del Instructorado, y a lo largo de la presentación de las diferentes flores que componen el sistema de E. Bach descubro que aquella preciosa flor es llamada cerato, una flor que procede del Himalaya, que por sus características es muy ornamental, no es una flor silvestre. La misma es azul- celeste con un toque violáceo, tiene cinco pétalos y estambres blancos en el centro, y cada una florece durante un solo día. El azul de su flor es el color de la tristeza saturnina, también del misterio y la intuición. Según Friederike Maschmann de Ringe, un Saturno mal aspectado no nos permite la intuición, nos aleja de la sabiduría. En el Tibet, el arbusto es símbolo de la sabiduría…cerato está relacionado con la confianza en la intuición, la seguridad interna, la voz del Yo Superior. Y sabio es aquel que escucha esta voz interior… También en la Edad Media, la esfera de Saturno era representada por el manto azul de la diosa del cielo María. El azul representaba la melancolía de Saturno, y de vez en cuando, también es el color del luto y de la muerte, según Rosa Castelló. Comencé a interiorizarme con respecto a las propiedades que le confería E. Bach a esta flor: “Para aquellos que no tienen suficiente confianza en sí mismos para tomar sus propias decisiones. Están constantemente pidiendo consejo a los demás, y frecuentemente resultan mal orientados”… En vez de escuchar la voz interior, de aceptar la autoridad y la verdad del Yo Superior, dándole importancia a sus intuiciones, el carácter cerato empieza a razonar, encuentra discrepancias entre la razón y la intuición, lo que genera dudas, y entonces busca respuesta en el mundo externo. En estado positivo de Cerato, una persona confía en su propia opinión, no teme tomar decisiones, asumiendo toda la responsabilidad y sabiendo que puede cometer errores. Obedece a su voz interior y tiene serena confianza en su propio juicio. De este modo, y de acuerdo a mi sentir de que nada es casual, “decido” intuitivamente hacerle caso a esa bella imagen que se me había representado en el viaje en colectivo (y tal vez este es el primer efecto que genera esta flor en mí) y elijo la esencia de cerato entonces, para comenzar mi vivencia personal con las flores. Comienzo a tomarla el 12/10/08, con una frecuencia de 7 veces por día. No tengo registros exactos con fecha y hora, pero puedo dar cuenta de ciertas cuestiones que ha movilizado en mí (efecto diapasón). La toma de decisiones nunca ha sido mi fuerte, siempre me ha costado confiar en mi propio criterio, creía que lo que los demás opinaban era lo correcto, desestimando mis propios juicios y descreyendo en mi voz interior. Hace tiempo siento cierta incertidumbre con respecto a la toma de una decisión en particular, que en cierta forma no hace otra cosa que inmovilizarme, no permitiéndome avanzar…(tal vez debería agregar otras flores a esta experiencia!….) Esta decisión importante en este momento de mi vida tiene que ver con continuar con un trabajo administrativo, en el cual estoy hace 10 años, con motivo de mi subsistencia económica y en el que me siento como encarcelada, sofocada, frustrada, con un sin fin de cuestionamientos, o , y como diría E. Bach (si humildemente mal no lo interpreté) elegir libremente y de acuerdo a mi Yo Superior, lo que siento que es lo mejor para mi persona o para mi alma, que vino a esta vida a evolucionar en cierta dirección. E. Bach, en su escrito LIBERATE A TI MISMO, plantea: “Si seguimos nuestros propios instintos, nuestros deseos, nuestros pensamientos, nuestras necesidades…entonces no deberíamos conocer otra cosa más que la alegría y la salud”. E. Bach basa su visión del hombre y de la vida en cinco principios fundamentales: -El alma es el verdadero ser del hombre. El cuerpo es sólo reflejo imperfecto. El Yo Superior, chispa divina, es inmortal. -Necesitamos de una existencia terrenal, corporal, mortal, para experimentar y desarrollarnos. El espíritu nos guía, con nuestra conciencia, como lo requiere nuestra tarea. -El cuerpo es un vehículo que nos permite transitar y hacer nuestro aprendizaje en esta vida. -Si espíritu y alma están equilibrados, estamos sanos. Si no seguimos nuestra senda, entramos en conflicto y enfermamos. -Comprendiendo la Creación descubrimos que el Creador es AMOR, si vivimos con amor hacia todo, todos, y nosotros mismos, vivimos en salud. Volviendo a la búsqueda que mencionaba en un principio, tiene que ver con lo que pueda ser mi misión en esta vida, tan simple y tan complejo a la vez… De esta manera entonces, y luego de haber transitado por varias experiencias, me entrego a vivir lo que esta flor despierte en mí. Luego de varios días de toma de esta esencia, y con la lectura de la obra de E. Bach paralelamente, me siento con la firme convicción y fuerza necesaria para plantear mi renuncia en mi ámbito laboral, después de haber pasado por una gastroenteritis por intoxicación, a partir de lo cual ya interrumpo la toma de esta esencia floral. Me recibí de psicóloga hace seis años, jamás ejercí por temor a afectar a otros seres por falta de experiencia, pero la experiencia la tengo que hacer algún día, y de que experiencia se trata?, acaso no se trata de profundizar en los misterios del propio ser para desarrollar virtudes, perfeccionarnos, evolucionar y recién después poder llevar luz allí donde pueda haber oscuridad tal vez?… En este momento siento que quiero empezar un nuevo recorrido, quizá, volver a mi camino, del que no debería haberme alejado, si es este mi camino, y a partir de confiar en mi criterio, crecer, aprender, evolucionar en esta dirección, en la dirección de ayudar a sanar almas a partir de mi experiencia (“ las flores sanan”…..) porque en su momento otros seres fueron mis hermanos mayores y espero seguir encontrándome con otros, a su vez me gustaría poder acompañar de la mano a aquellos que lo necesiten… Es arduo el camino, pero vale la pena transitarlo con plena conciencia, porque si elegimos en libertad y nos hacemos cargo de las consecuencias, buenas o malas, como un ser íntegro, ello nos fortalece, nos enriquece, nos abre a la vida misma, a vivirla, no a verla pasar, nos invita a tomar una postura de pasar nosotros por ella de una manera responsable y comprometida con nuestro ser y con otros seres. No perdamos de vista que todos, desde el ser menos evolucionado hasta el que más lo está, nos hallamos bajo el mismo manto de la Creación…
Natalia Pérez Durán

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