...y experimenté Cerato - Silvana Busilacchi

En esta oportunidad experimenté CERATO
¿Por qué la elegí?
La ELEGÍ por su belleza, porque tengo mucha afinidad con su color, con lo que me despierta la simpleza de sus pétalos con su disposición y como os diría cierta forma etérea, lineal y sencilla. Ese profundo celeste azulado que me invita a observarlo generando belleza y espiritualidad en mi corazón.
Su historia… de fuerza, de crecimiento, de tenacidad, de soledad y altura. Saber… saber cómo hacer. Ese es el fundamento, la esencia de todo.
Así, la elegí. La tengo en mi mente permanentemente.
¿Qué sucedió?
Siempre pensé que de niña tuve mucha inseguridad Larch, que me transpiraban las manos por eso, que no podía hablar o preguntar algo a un superior o a un desconocido por eso, siempre pensé en ese tipo de inseguridad (sin embargo la persona que más me conoce decía que no) y ahora comprobé que esa atracción por cerato era lo que a esa niña le faltaba, que arrastré toda esa carencia con mucho esfuerzo tratando de ser yo misma pero en el fondo siempre estaba el desequilibrio. Y Cerato, “milagrosamente”, me llevó a pararme fuerte, a no consultar nada, a llegar a un conocimiento profundo, ignorado, importante.
En lo físico se me fueron algunos mareos, como un vértigo, ¿miedo a subir?, ¿miedo a mirar desde arriba, a tener una vista panorámica como la flor en la montaña?
Se fueron las nubes de los ojos. Todo se ve más claro. Saber sin miedos. Conocerse sin temores.
¡Gracias Cerato!
Silvana Busilacchi

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